Codependencia es el grado más elevado de la dependencia enfermiza. Ya que el codependiente es portador de una personalidad proclive a las adicciones y puede, llegado el caso, realizar actos casi (o francamente) irracionales para proveerse “la droga”. La adicción queda escondida detrás de la valoración amorosa y la conducta dependiente se incrusta en la personalidad como la idea: “No puedo vivir sin el o ella”. Así que busco la forma de que no seas indiferente a mí siguiendo el siguiente proceso:
Sentirme querido => Manipulación => Sentirse necesitado => Tener lastima => Conseguir que me odie => Que me tenga miedo.
A todos nos gusta sentirnos queridos, damos amor con derecho a reembolso, porque eso del amor incondicional es pura mentira, todos queremos que se nos devuelva en cierta medida un poco del amor que entregamos, nadie es imprescindible en la vida de nadie, si estas con una persona que no te quiere lo mejor será que lo manifieste y se vaya, aun que será doloroso al principio pero lo más sano.
Cuando no podemos lograr que nos quieran de la forma en cómo queremos esto resulta tan frustrante y nos volvemos neuróticamente manipuladores: pongo la situación de una forma en la que me empiezo a engañar, haciéndome creer que la otra persona me quiere, que es lo más importante para mí que sin el yo soy nada. Entonces allí busco la forma de convertirme en una necesidad para esa persona le doy todo lo que quiera, trato de complacerle, me pongo a su disposición para cualquier cosa que necesite, intento que dependas de mí. Trato de generar una relación adictiva, reemplazo mi deseo de ser querido por el de ser necesitado. Si me necesita me llama, me delega sus cosas y hasta puedo creer que me estás queriendo. Pero a veces, a pesar de todo lo que hago para que me necesite, no parece necesitarme. Entonces intento que me tenga lastima haciéndonos las victimas haciendo comentarios como: “Yo no esperaba esto de vos, estoy tan defraudado... estoy tan dolorido...” “No me importa si vos no me querés... yo sí te quiero”. Pero aún así no consigo que te apiades de mi ¿Qué hago? ¿Soporto tu indiferencia?... NO!!… busco la forma de que me odies, pero no me puedes odiar ese sentimiento no cabe en tu corazón, sea lo que sea no puedo quedarme con tu indiferencia así que lo último que me queda para poder tenerte pendiente de mi es lograr que me tengas miedo. Miedo de lo que puedo llegar a hacer o hacerme (fantaseando dejarte culpable y pensándome...).
Cuando la búsqueda de la atención se transforma en dependencia, el amor se transforma en una lucha por el poder. Caemos en la tentación de ponernos al ser-vicio del otro, de manipular un poco su lástima, de darle bronca y hasta de amenazarlo con el abandono, con el maltrato o con nuestro propio sufrimiento... Tomando como única condición el deseo sincero de superar la adicción, la codependencia se trata y se cura.
(Fuente: Jorge Bucay El Camino De La Autodependencia)
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